sábado, 29 de diciembre de 2007

POEMA DE ALVARO NEIL FRANCO
















A este barranco
dominado por el olor de la guayaba
llega el recuerdo
de un ron vivo de palabras
que festejan la eternidad de la arena
De pasodobles compartidos
en calles que comunican las nubes con la tierra
De morenas rumberas y rubias arrechas
que conquistan la mirada del viajero
en las verdes alturas de Chipre
De un nevado
que aparece como el último sueño
para entrar en los días
De un cerro donde la ciudad gira
sus instantes milenarios de guadua
su aroma pintadito
que le calienta el alma
De muslos que alumbran
la nostalgia de los caminos
que abrieron los arrieros
De cafés reverdecidos
por el efecto de las carambolas
De unas nalgas que bendicen
con su ojo de cóndor
la libertad trasnochadora del cielo...
Ay Manizales del alma.

Un abrazo de Álvaro Neil

¿Cómo se lee un poema? / Hugo Padeletti

Pido perdón por estas tres hojitas que voy a leer. Sé que la expresión improvisada es más vívida, aunque menos exacta, pero en est...